Encuentro de seminaristas de las diócesis del sur

Durante el pasado fin de semana, se ha celebrado en Jaén el encuentro de seminarios de las diócesis del sur de España, al que han acudido seminaristas de Cartagena-Murcia, Guadix, Granada, Málaga, Córdoba, Cádiz-Ceuta, Jerez, Sevilla, Huelva, y de Jaén, éste ultimo, como anfitriones del encuentro.

Desde Sevilla han acudido, acompañados por el vicerrector don Andrés Ybarra, los diez seminaristas del tercer curso junto con dos seminaristas del Seminario Redemptoris Mater. Allí han sido muy bien acogidos en el edificio del Seminario de Jaén, donde sus seminaristas han realizado un gran esfuerzo tanto en la detallada preparación del encuentro como en la organización y servicio durante la estancia allí.

Entre el viernes por la tarde y el domingo han sido muchas las actividades realizadas, las cuales giraban en torno figuras de santidad relacionadas con la diócesis de Jaén, modelos de respuesta total a la llamada de Dios. El encuentro comenzó con el rezo solemne de Vísperas, seguido ya por la noche de un “adoremus”organizado por la Pastoral Juvenil de Jaén. Además se presentó la figura del beato Manuel Álvarez, “Lolo”, un laico dedicado al periodismo que vivió santamente su vida diaria, marcada por la enfermedad. El sábado la visita a Baeza estuvo marcada por las huellas de San Juan de Ávila por esa ciudad, un santo sacerdote, doctor de la Iglesia y patrón del clero español que vivió allí parte de su ministerio, preocupándose por la formación de los sacerdotes. Por la tarde fue San Juan la Cruz el protagonista de la visita a la hermosa ciudad de Úbeda, donde los Carmelitas Descalzos guardan la habitación donde murió este santo. Ya por la noche, el Vicario general de la diócesis guió y acompañó en una interesante visita a la Catedral de Jaén, de la que fue canónigo san Pedro Poveda. Por último, el domingo estuvo marcado por la figura del beato Manuel Aranda, un seminarista mártir de la persecución religiosa durante la guerra civil española. Se visitó su pueblo natal cuya comunidad parroquial recibió cariñosamente a los seminaristas, el lugar de su martirio y la Iglesia donde se veneran sus restos junto con los de otros mártires.

Estas jornadas, que finalizaron el domingo por la tarde con una oración a la Virgen en el primer día de la novena a la Inmaculada, han sido una magnífica oportunidad para volver a admirar la grandeza de la vocación viendo a tantos jóvenes que comparten la misma llamada del Señor, así como para disfrutar de la convivencia con otros seminarios y de las visitas culturales .

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